sábado, 5 de mayo de 2012

Historias de una mujer de 30 y su arquitecto

La mujer de 30 buscaba un arquitecto, había decidido gastar un pequeño ahorro en remodelar parte de su casa, definitivamente su dormitorio era una prioridad, ella tenía muchos amigos: doctores, economistas, abogados y hasta ingenieros; pero nadie con la magia del lápiz  que convirtiera un espacio en "su espacio" y en darle vida. De pronto la mente se le iluminó y una cálida sonrisa se escapo de su rostro.... Si conocía uno, y vaya que lo conocía, su primer amor, el primer hombre que amó, el primer hombre que le propuso matrimonio y cuyo amor soportó tanto años, tanta distancia, tantos problemas y si tantas maquetas de esas que ocupan las madrugadas de los estudiantes de arquitectura y que bueno sólo ellos entienden.
La mujer de 30 decidió que luego de 5 años de no verlo, ni hablar con él era momento de buscarlo, lo necesitaba. Trató de llamarlo pero ya no tenía el mismo celular o bueno ya no le respondía, le envió mensajes por el facebook y nada; un día le escribió un correo:
"Hola, Te escribo el presente correo porque hace tiempo que trato de comunicarme contigo, no sé si de pronto cambiaste de celular o si tienes algún motivo para no contestarme o cabe la posibilidad que estés tan ocupado que entre todas tus cosas soy yo o lo que te tengo que pedir lo menos importante. En fin, te necesito, quiero remodelar mi hogar y tu eres perfecto para eso, me conoces te conozco y ésta demás de decirte si nos debemos mucho uno al otro, espero que me respondas".
Ella no esperaba una respuesta, ya había interiorizado que cuando uno escribe a alguien pidiéndole algo tiene que estar preparado para un SI un NO o lo peor aún para EL SILENCIO o que es lo mismo la absoluta indiferencia. Pues siguió haciendo sus cosas...de pronto su celular sonó un correo llegó:
"Disculpa por no responderte a tiempo, lamentablemente no puedo aceptar tu propuesta, eso generaría un ambiente tenso e incómodo, tal vez te parezca una exageración o despropósito pero para mi es importante mi tranquilidad, pero te puedo recomendar a otros colegas"
Ella se sorprendió, muchas dudas invadieron su cabeza, acaso todavía era muy importante para él como para intraquilizarlo o es que de verdad ese lindo chico ya no era aquel del que ella se había enamorado, decidió responderle:
"No quisiera pensar que has cambiado tanto que ahora escribes lo primero que se viene a la cabeza; sin embargo, tengo que agradecer tu sinceridad; no creo ser ahora tan importante en tu vida como para intranquilizarte, es más nos conocemos tanto el uno al otro como para no permitir más que una amistad, no sólo nos separa el tiempo sino diferentes ideales y metas y sobre todo una abismal diferencia en la forma de vida y eso lo sabes muy bien. Espero que me escribas cuando madures, cuando te cases o cuando yo me case y tenga mi hijo, de tal manera que podamos sentarnos a tomar un café y conversar como dos adultos. Muchas gracias por recomendarme a alguien, pero a estas alturas entiendo que no ibas a cobrarme por tus servicios, no? En fin no entiendo nada pero tampoco tengo ganas de que me expliques las cosas."
La mujer de 30 empezó a indagar, definitivamente, el tenía una relación y el temor no venía de él sino de la mujer que ahora comparte sus sueños, sus ideales, su vida, su nuevo amor...... 


No hay comentarios:

Publicar un comentario